martes, 10 de julio de 2012

Prandelli, el visionario

Si nos fijamos en el resultado, podríamos pensar que el partido de semifinales ante Portugal fue el más complicado que tuvo la selección durante todo la Eurocopa. Así fue, ya que sólo mediante la lotería de los penaltis pudo acceder a la final. Portugal realizó un partido soberbio. Con las líneas juntas y una gran dosis de agresividad, supo entorpecer el juego español. Xavi, Iniesta y Silva recibían siempre el balón con unos o dos jugadores portugueses encima. Y una vez salvaban la entrada de éstos, apenas veían espacio para lanzar el pase final. La consecuencia fue un encuentro bronco, lento y aburrido. Lo que se suele llamar un partido táctico, donde parece que la pizarra de ambos entrenadores maniata el espectáculo.
 Me recordó mucho al planteamiento que ha intentado imponer Mourinho en sus últimos enfrentamientos contra el Barça. La idea es sencilla. Que los Xavi, Iniesta, Silva... no jueguen con comodidad. Para que puedan hacerlo, tendrán que salir de su zona de influencia habitual y ahí es más difícil que sean decisivos. Y lo consiguieron, porque los cracks españoles apenas destacaron en el encuentro de semis. Es más, jugadores de más trabajo y de mayor importancia táctica fueron los que sobresalieron, como Xabi Alonso o Busquets. 
 A pesar de todo, la sensación fue que durante los 120 minutos España fue superior. Tuvo más ocasiones y más posesión. Pero no pareció tener el partido controlado como en otros encuentros. A Portugal también le faltó creatividad. Su medio campo estaba más concentrado en parar a los españoles, que en crear juego. Y Cristiano se desesperaba una y otra vez al no recibir un balón en condiciones. Digo que me recuerda al planteamiento de Mourinho, pero es evidente que el conjunto blanco tiene más punch y juego que esta Portugal. Puede que ahí estuviera la diferencia.
 Este planteamiento portugués entraba en las predicciones de cualquiera. Cuando luchas contra un conjunto tan superior como España, lo lógico es cambiar tu estilo de juego.Intentar imponer el tuyo propio puede ser un suicidio. Por eso me sorprendió mucho, muchísimo, el planteamiento del conjunto italiano en el primer partido de la liguilla. No sólo logró incomodar el juego español, como lo hizo Portugal. Si no que también fue lo fuerte en mentalidad para imponer el suyo propio. Italia movía y movía el balón esperando el momento justo en el que Pirlo viera el hueco y lanzara un pase a sus delanteros. Parece una táctica sencilla y fácil de defender, pero cuando se trata de jugadores de la talla de Andrea Pirlo capaz de dar el pase en el momento exacto y con la fuerza exacta, toda la lógica se viene abajo. Un paso mal dado en el marcaje del delantero te puede costar 2 metros de desventaja en la carrera. España lo sabía. Y este temor se hizo mayor cuando vieron que los italianos les discutían la posesión de balón. En el minuto 60, Pirlo encontró el hueco y el momento exacto. Filtró un pase perfecto para Di Natale y éste no falló en el mano a mano ante Casillas.
 Fue aquí cuando Italia echó por la borda todo el trabajo realizado hasta ese momento. Dio dos pasos atrás. Los Xavi, Iniesta y Silva empezaron a jugar con espacios y es ahí donde te matan. A los 5 minutos Cesc ponía el empate en el marcador. Y si Torres llega a estar afinado, el resultado podría haber sido perfectamente un 3-1.
Italia pecó de conformismo. Cuando se vio por delante en el marcador volvió al viejo estilo italiano amarrategui. Con cada uno en su sitio natural, España se sintió cómoda y controló el partido. 
Pero los 60 minutos antes del gol italiano, me parecieron una lección táctica de Prandelli. Se puede decir sin tapujos que el estilo de juego de España se asemeja al del Barça. Puede que el de los culés sea más vertical, pero la forma de enfrentarse a este tipo de juego y defenderlo es prácticamente la misma. Pues bien, en estos cuatro años de la era Guardiola no he visto ningún equipo que juegue de tú a tú al Barça. Lo mismo puedo decir de cualquier rival de España. Prandelli inventó una nueva forma de parar el famoso fútbol del tiki-taka. Sinceramente no sé porque cambió el sistema en la final. Puede que pensara más en otras cuestiones o incluso confiara más en el bloque que le había llevado a la final. Pero en mi recuerdo quedarán esos 60 minutos de Italia como el único momento en el que España se vio superada en  lo que se refiere a táctica y juego.