martes, 14 de febrero de 2012

El 'toque y al hueco' del Athletic de Bielsa


Nadie lo diría con su inicio tan dubitativo a principios de temporada, pero el Athletic de Bilbao se ha convertido en el segundo equipo de cualquier aficionado al fútbol español. Bueno, me equivoco, ese título se lo ha merecido el Mirandés con su épica gesta. Pero, a los sabios de este deporte, los estudiosos, este Athletic  ha calado cual primer flechazo de amor en la juventud. Se perciben sus errores, pero también esconde pequeños rasgos y detalles que, lentamente, están conquistando a los amantes del fútbol.
 El proyecto rojiblanco promete, y mucho. No sólo está dirigido por uno de los mejores técnicos del mundo, Marcelo Bielsa. Además cuenta con un elenco de jugadores con una calidad impresionante, la mayoría salidos de la cantera. El poderío físico y el gol de Llorente, la habilidad y el descaro de Muniain, la seguridad y fortaleza de Javi Martínez. Todo esto apoyado por varios actores secundarios, –De Marcos, Susaeta, Iturraspe, Amorebieta, Iraola... – forma un bloque muy compacto.  
 “El loco se ha hecho con su equipo”, eso dijo Guardiola antes de su enfrentamiento contra los vascos en Liga. Y no le falta razón. Marcelo Bielsa ha logrado hacerse con las riendas del plantel vasco. Ha transformado un conjunto que antes practicaba un fútbol físico, con balones en largo y entrada por bandas. El Athletic actual propone un fútbol ofensivo. Parecido al del Barça a la hora de presionar al contrario sin el balón. Pero muy diferente a la hora de jugarlo. Los rojiblancos tocan con rapidez, uno o dos toques apenas. Pero, lo más importante, es que una vez pasan el esférico buscan el movimiento para volver a recibir en una zona más peligrosa. Se `podría decir que si el Barça juega al  tiqui taca el Athletic de Bielsa juega al toque y al hueco.
 El problema es que, al igual que cualquier proyecto que está en ciernes, los rojiblancos mezclan partidos completísimos con desastres como el del otro día ante el Betis. Es normal. No se le puede pedir a Bielsa que cambie toda la filosofía de juego de un equipo sin que haya confusiones o fallos. Se nota que el balance ofensivo-defensivo aún no es el adecuado. Pero a la larga todos estos errores se pulirán, convirtiéndose poco a poco en un bloque más compacto.
 Me gusta comparar los proyectos en ciernes con las jóvenes promesas que llegan a la élite. Ambos tendrán errores garrafales e infantiles en sus primeros pasos. Pero también dejarán síntomas de lo que pueden llegar a ser. La mejor ayuda que le puede brindar el aficionado a ambos es la paciencia. Porque tanto el jugador como el equipo se irán formando y aprendiendo de sus fallos hasta que, llegado el día y sin habernos dado cuenta, esa semilla que se plantó y se vio crecer con calma, habrá madurado. A partir de ahí, ya sólo se recogerán frutos.
   

martes, 7 de febrero de 2012

El ventajismo puro y duro

Mucho se ha criticado la alineación con la que el Real Madrid saltó al campo en la ida de los cuartos de final de copa frente al Barça. Que si el planteamiento era demasiado defensivo, que si Pepe no puede jugar en el centro del campo, que si el Real Madrid tiene que salir en su casa a ganar... Pero hubo una sobre todo, que me llamó especialmente la atención. La grada fue excesivamente dura con José Mourinho por sacar de inicio a dos jugadores que apenas habían contado hasta ahora para el equipo. Ricardo Carvalho y Hamit Altintop. Ambos han tenido mala suerte con las lesiones este año -el turco, una vez recuperado, no ha gozado de muchas oportunidades- y extrañaba que volvieran al once en un partido tan importante.
 Los dos fueron fulminados por la prensa y tachados como culpables de la derrota. Pues bien, no fue así. Ambos cuajaron un gran partido. El turco defendió de manera extraordinaria las entradas por banda de Iniesta. Sin cometer faltas, anticipándose una vez tras otra. El crack manchego sólo le ganó la partida en un par de ocasiones pero apenas generó peligro en el discurso del partido. A Hamit se le achacó la culpa del segundo gol culé. Pero en mi opinión, tuvo más culpa el que estuviera colocado en ese momento en la posición de interior derecho. Para tapar la entrada sorpresa de un lateral contrario, es más fácil que el interior realice la ayuda. El lateral de su mismo equipo tiene que estar a la vez pendiente de la línea y de su marcaje.  Demasiado trabajo para atribuirle el error.
 El caso del portugués es un poco distinto. Lleva un año un tanto complicado. A sus problemas con el seleccionador de su país, le ha seguido una lesión que le ha impedido poder estar al servicio del equipo. En este sentido, me recuerda al Puyol de la temporada pasada. El defensa culé estuvo todo el año parado por unas molestias en su rodilla. Regresó para los partidos importantes. Jugó el clásico que ganó el Barça, rayando a un gran nivel. Nadie criticó en ese momento la decisión de Guardiola de incluirle en el once. Pero esta vez sí enjuiciaron la actuación de Carvalho. A pesar de que, aún con molestias, fuera uno de los pocos de su equipo que ese día tuviera las cosas claras de que había que hacer en el campo.
 Señores, no caigamos en el ventajismo. Un análisis sobre el rendimiento de un jugador no puede basarse en si el equipo ha ganado o no. No se puede hacer un estudio tan superficial. Más lógico es, por ejemplo, que se culpe a Pepe por su error en el primer gol o el pobre rendimiento de algunos jugadores que si estaban llamados a destacar. Si señalamos sin argumentos, perderemos todo raciocinio futbolístico.