Los dos fueron fulminados por la prensa y tachados como culpables de la derrota. Pues bien, no fue así. Ambos cuajaron un gran partido. El turco defendió de manera extraordinaria las entradas por banda de Iniesta. Sin cometer faltas, anticipándose una vez tras otra. El crack manchego sólo le ganó la partida en un par de ocasiones pero apenas generó peligro en el discurso del partido. A Hamit se le achacó la culpa del segundo gol culé. Pero en mi opinión, tuvo más culpa el que estuviera colocado en ese momento en la posición de interior derecho. Para tapar la entrada sorpresa de un lateral contrario, es más fácil que el interior realice la ayuda. El lateral de su mismo equipo tiene que estar a la vez pendiente de la línea y de su marcaje. Demasiado trabajo para atribuirle el error.
El caso del portugués es un poco distinto. Lleva un año un tanto complicado. A sus problemas con el seleccionador de su país, le ha seguido una lesión que le ha impedido poder estar al servicio del equipo. En este sentido, me recuerda al Puyol de la temporada pasada. El defensa culé estuvo todo el año parado por unas molestias en su rodilla. Regresó para los partidos importantes. Jugó el clásico que ganó el Barça, rayando a un gran nivel. Nadie criticó en ese momento la decisión de Guardiola de incluirle en el once. Pero esta vez sí enjuiciaron la actuación de Carvalho. A pesar de que, aún con molestias, fuera uno de los pocos de su equipo que ese día tuviera las cosas claras de que había que hacer en el campo.
Señores, no caigamos en el ventajismo. Un análisis sobre el rendimiento de un jugador no puede basarse en si el equipo ha ganado o no. No se puede hacer un estudio tan superficial. Más lógico es, por ejemplo, que se culpe a Pepe por su error en el primer gol o el pobre rendimiento de algunos jugadores que si estaban llamados a destacar. Si señalamos sin argumentos, perderemos todo raciocinio futbolístico.
En pocos días tendrás la replica a este articulo.Buen trabajo, pero discrepo.
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