jueves, 25 de noviembre de 2010

Cómo perder un Mundial de Fórmula 1: Parte 1

No pudo ser. Fernando Alonso no pudo sumar su tercer título de Campeón del Mundo de Fórmula 1 el pasado domingo en Abu Dabi. Cómo él mismo avisaba el día anterior a la carrera, se encontraba en una “posición inmejorable” (tercero en la parrilla de salida) para culminar su remontada hacía el título. Tras la clasificación quedó claro que el máximo rival sería Sebastian Vettel  al conseguir la pole, mientras Webber se esfumaba de la lucha con su quinto puesto. El objetivo era sencillo y estaba al alcance. Aunque el alemán ganara la carrera a Alonso le bastaba con hacer un cuarto puesto.
Aunque el domingo todo fue distinto. Ya en salida, Alonso perdió su posición con respecto a Button. Los primeros nervios brotaban en el box de Ferrari. Los italianos soñaban con una carrera tranquila, y sin duda no iba a ser así con la presencia de Mark Webber detrás de Fernando. El conjunto del cavallino optó por cambiar a una estrategia defensiva para cubrir la posición.
Así llegamos a la vuelta 11. El piloto australiano tuvo que pasar por boxes antes de lo esperado debido a unos problemas con los neumáticos tras un toque con las barreras del circuito. Dos vueltas después Alonso entraba también en el pit lane y salía por delante de Webber. En principio el planteamiento era el correcto. Saliendo delante de Webber tras el cambio de ruedas medio camino estaba hecho.
Pero en Ferrari no contaron con un factor clave en el desenlace de los acontecimientos: los actores de reparto, el resto de quipos. El safety car tuvo que salir en la vuelta 1 por el accidente entre Schumacher y Luizzi. Esto provocó que los las distancias se acortaran y cuando tanto Webber como Alonso entraron en boxes su distancia con el resto de pilotos no era la necesaria para salir delante ellos. Unos pilotos que además ya habían realizado su parada con el safety car en pista. Traducción: Alonso pasaba de estar cuarto a estar séptimo. Y si quería remontar posiciones tenía que ser adelantando.
El final todos lo conocemos. Fernando Alonso se chocó contra un muro llamado Petrov. Para complicar aún  más las cosas Ferrari preparó el monoplaza de Fernando para una carrera a la defensiva. Con mucha ala, lo que perjudicaba a su velocidad punta en las rectas y convertía el adelantamiento en una utopía. Al ponerle más ala al coche, éste aquiere una mayos carga aerodinámica. Es decir, el monoplaza gana velocidad en las curvas pero pierde en las rectas. El único sitio favorable para adelantar en Abu Dabi es en la recta da comienzo al segundo sector. Por mucho que Alonso se acercara al ruso en el giro que precede a la larga recta, era imposible alcanzar al Renault, uno de los bólidos con mayor velocidad punta del campeonato.
Lo único que quedaba por esperar era un fallo de Vettel o ua rotura de su motor Reanult, cosa que no pasó. Vettel se convertía en el piloto más joven en ganar un Mundial de la Fórmula 1. Y lo hizo, anecdóticamente, sin haber liderado nunca antes la tabla clasificatoria.
Tras la debacle las consecuentes críticas. En Italia piden la cabeza de Stefano Domenicali, jefe de equipo rojo. Y en la prensa señalan directamente a Chris Dyer, jefe de Ingenieros de pista. Él único que se salva de esta caza de brujas es Fernando. A pesar de haber cometido tres fallos tontos durante el campeonato (algo muy raro en él), la remontada que ha bridado a todos los aficionados de la Fórmula 1 durante la segunda mitad de la temporada ha sido histórica. Sin duda se ha ganado el corazón de los Tifosi. Y lo más importante ha demostrado a todo el mundo que siempre hay que contar con él. 

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